Los ocho mandamientos para presumir de pelazo

Sanea las puntas muy poco pero con frecuencia: unas puntas abiertas suponen una mayor tendencia a la rotura y, por tanto, el cabello crece muy lento. Cortarlas con frecuencia ayuda a deshacerse de las partes inservibles y promueve el crecimiento y la flexibilidad.

¿Cómo lavar el pelo correctamente? No hay nada de malo en utilizar dos champús con objetivos diferentes. Es decir, puedes usar primero uno que ayude mantener tu coloración y, acto seguido, uno nutritivo. Además de nada sirve aplicar mascarilla y/o acondicionador sobre el cabello mojado. El producto resbala por completo y no penetra, por lo que es mejor escurrirlo bien y secar ligeramente a toquecitos con una toalla antes de aplicar ambos productos. Luego no hace falta que esperes a que actúe 15 minutos. Si haces esto, con 5 minutos es suficiente. Además, procura dos cosas: no lavártelo más veces de lo necesario y no abusar del champú en seco pues, a la larga, tu cuero cabelludo acumula residuos.

No temas a los aceites esenciales para el pelo: Los aceites regulan la producción de grasa en tu pelo, por lo que aplicar un aceite de coco, almendra u oliva antes de lavártelo va a disminuir la cantidad de grasa, va a aportar hidratación y un bonito aspecto cuando esté seco.

No abuses de planchas, secadores, tenacillas… No pasa absolutamente nada por usar herramientas de calor de vez en cuando y cuando la ocasión lo requiere. Si tienes un pelo indomable y un ‘bad hair day’ recurrente, tenemos la solución para conseguir unas ondas bonitas y naturales sin necesidad de usar planchas, secador o tenacillas. Es tan fácil como dormir con una trenza bien pulida o con un moño bajo y enrollado sobre su eje. Verás qué pelazo al día siguiente.

Usa un cepillo de cerdas anchas: Las cerdas anchas son más respetuosas con tu pelo. Además, cepíllate con cuidado si tienes el pelo húmedo. Es más frágil en este estado que cuando está seco. Los estilistas sugieren también desenredarlo, primero, de medios a puntas y, por último, de arriba abajo.

La importancia de la toalla y la almohada: No frotes el pelo con la toalla al salir de la ducha. La fricción en la cutícula provoca encrespamiento, sequedad y rotura. Consecuencias que también se pueden evitar cambiando tu almohada de toda la vida por una de seda.

El cuero cabelludo existe: El gran olvidado va a ganarse tu atención a partir de ahora. Si apuestas por tratamientos y productos centrados en el cuero cabelludo, estarás contribuyendo a que tus folículos se mantengan limpios y, por tanto, no habrá bloqueo ni inflamación. Úsalos, al menos, una vez por semana. No te imaginas las cantidades de residuos que acumulas ahí sin darte cuenta.

Nuestro pelo también es lo que comemos: Las vitaminas, las proteínas y el hierro son esenciales para las células de tu cabello y los nutrientes hacen que crezca más rápido y sano. Apuesta por alimentos ricos en hierro, como el pescado, proteínas como la leche y bebe mucha agua para mantenerlo hidratado en todo momento.

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