¿Cuáles son las consecuencias de la cuarentena en la piel, el pelo, las manos y el cuerpo?

Dermatitis en las manos

La dermatitis irritativa de manos es, sin duda, la patología dermatológica que más están viendo los dermatólogos desde que se declaró el estado de alarma. El agua desgasta las rocas y también desgasta la piel produciendo sequedad, descamación, eccemas e incluso fisuras y grietas dolorosas que resultan muy incapacitantes para desempeñar nuestras actividades del día a día. Como en estos momentos no podemos limitar el lavado de manos, se recomienda utilizar jabones oleosos que respeten en la medida de lo posible el manto graso externo de la piel (no utilizar jabones caseros ni jabón lagarto porque alteran demasiado el ph fisiológico de la piel), limitar el uso de geles hidro-alcohólicos a momentos puntuales en los que no se disponga de jabón varias veces al día e imprescindible tras cada lavado de manos y aplicar crema hidratante no perfumada con ceramidas, lípidos y ácidos grasos.

También es recomendable para cuidar e hidratar las manos, el uso de productos ricos en aceites y mantecas y para el desinfectado de las manos diario y además es fundamental elegir un gel hidroalcohólico rico en aceites esenciales (antifúngicos, antibacterianos y antimicrobianos) así como buscar la glicerina y el aloe vera dentro de sus ingredientes que hidratan y aportan propiedades calmantes.

Granitos enquistados por sedentarismo, problemas circulatorios y varices

La disminución de la actividad, el aumento de sedentarismo al estar tanto tiempo en casa y un mayor uso de televisión y pantallas, pueden dar lugar a problemas como la foliculitis por oclusión (granitos sobre el vello corporal de la espalda o los glúteos, que pican), erupciones cutáneas en el tronco por alteración en la eliminación del sudor, problemas circulatorios en las piernas con empeoramiento de varices, fotoenvejecimiento con aparición de manchas y venitas en la cara e incluso problemas dermatológicos por encamamiento prolongado en los pacientes más graves (úlceras por presión, sequedad extrema de la piel y las mucosas, etc) Por eso, nada como cuidar la piel con productos específicos y llevar una alimentación equilibrada rica en antioxidantes naturales, verduras y frutas así como mantenerse activo física y mentalmente para que nuestra piel sufra lo menos posible esta cuarentena.

Caída de pelo

Otra de las cosas que además de que hay enfermedades dermatológicas previas como el acné, la dermatitis atópica, psoriasis, rosácea, que pueden empeorar por la situación de estrés, ansiedad y depresión derivada del propio aislamiento, también nuestras emociones encuentran su vía de escape a través de nuestro pelo. Es posible empezar a percibir una mayor caída de cabello (efluvio telogénico) durante los próximos meses debido al pico de estrés que estamos viviendo en estos momentos de confinamiento.

¿Cómo afecta el confinamiento a la piel de tu rostro?

Dependiendo de la situación de cada uno, las pieles están respondiendo al aislamiento de una forma u otra. Muchas están bastante mejor, algo propiciado por una menor exposición a agentes externos como la contaminación o los rayos solares pero también el hecho de no llevar maquillaje o filtros solares está favoreciendo que la piel esté mejor. Un claro ejemplo son las pestañas que, al no llevar máscaras oclusivas, están recuperándose, puesto que el vello y el folículo piloso están respirando. De la misma forma que la calidad del aire de las ciudades ha mejorado por la menor presencia humana y de coches en las calles, la calidad de la piel se está optimizando.

Sin embargo, hay casos concretos en los que se nota mayor presencia de granitos, sequedad o sensibilidad, algo que se debe en gran medida a los cambios emocionales que afectan a la piel de una forma u otra, somatizando aspectos como la ansiedad o la tristeza. Un desequilibrio anímico provoca un desorden en la alimentación, la digestión, la tensión muscular y, también, en la piel. Es bastante común que ante situaciones de este tipo aparezcan imperfecciones desencadenando una mayor producción sebácea, irritación cutánea, etc.

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