Esta técnica tradicional de la medicina china vuelve a estar entre los tratamientos de belleza más solicitados y sabemos que es porque son sesiones rápidas, indoloras y con gran efectividad. Uno de los principales beneficios de la acupuntura facial es que combate (y previene) los signos de envejecimiento en la piel, por lo que se considera una alterativa natural y no invasiva al bótox, al ácido hialurónico y a otros tratamientos inyectables.
Esta técnica consiste en la aplicación de microagujas en puntos específicos del rostro para lograr los resultados deseados. Hay que utilizar unas agujas de un grosor y tamaño concreto, que no son las mismas que las corporales, y según el objetivo de cada persona trabajaremos más unos puntos del rostro u otros. A medida que cada aguja perfora la piel crea «microtraumas» (que no se ven a simple vista) que estimulan la piel para producir más colágeno y elastina, lo que permite que con el paso de las sesiones el rostro se vea más firme y revitalizado.
Una de las principales razones por las que este tratamiento es tan popular es porque puede mejorar la salud de la piel y la flacidez disminuye visiblemente con varias sesiones. También ayuda a mejorar concretamente la parte y arruga del surco nasogeniano, por lo que es una alternativa perfecta a las técnicas invasivas como el relleno con ácido hialurónico.
Con el paso de las sesiones es posible lograr minimizar los poros, suavizar arrugas y atenuar cicatrices, además, con la inserción de 25 y 75 agujas en la cara, se incrementa la circulación y se estimula la producción de colágeno, que rellena las arrugas, estira la piel caída y los párpados e ilumina el cutis apagado.
Pero no acaba aquí, la lista de beneficios de la acupuntura facial es muy amplia y uno de ellos, menos conocido pero muy efectivo, es que es un tratamiento maravilloso para personas que sufren de bruxismo, ya que mediante esta técnica podemos relajar el músculo y trabajar así esta parte de la cara.
Los tratamientos de acupuntura facial funcionan si se hacen regularmente, la recomendación es de 10 a 12 sesiones con duración de 20 minutos aproximadamente. A partir de la quinta o sexta sesión es cuando se empiezan a notar los primeros resultados, que suelen ser ojeras menos marcadas, mejora del aspecto de las arrugas, menos papada, líneas de expresión suavizadas y el rostro más definido.