El maquillaje es una herramienta de expresión, cuidado y autoestima, pero también es terreno fértil para errores que se repiten más de lo que pensamos, incluso entre personas que se maquillan a diario. Algunas costumbres están tan integradas en nuestras rutinas que ni siquiera nos damos cuenta de que podrían estar perjudicando el resultado final.
En este artículo repasamos los fallos más comunes (y totalmente evitables) a la hora de maquillarse y te damos consejos prácticos para conseguir un acabado más favorecedor y duradero.
1. ❌ No preparar la piel antes del maquillaje
El error: Aplicar base o corrector directamente sobre la piel seca o sin limpiar.
La solución:
Siempre empieza con una limpieza suave, seguida de hidratante adaptada a tu tipo de piel. Si quieres que el maquillaje dure más y se aplique mejor, incluye un primer (prebase) que se adapte a tus necesidades: matificante, iluminador, alisador, etc.
Recuerda: un lienzo cuidado mejora cualquier obra de arte.
2. ❌ Usar el tono de base incorrecto
El error: Elegir una base demasiado clara o demasiado oscura, o con un subtono que no coincide con tu piel.
La solución:
Prueba siempre el tono de base en la mandíbula o el cuello, no en la mano. Observa si el subtono es rosado, neutro o dorado. Además, la luz natural es tu mejor aliada para elegir correctamente.
Una base adecuada se funde con tu piel. Si “se nota”, probablemente no es tu tono.
3. ❌ Abusar del corrector o aplicarlo mal
El error: Cubrir ojeras con capas gruesas de corrector claro, que terminan marcando más las líneas de expresión.
La solución:
Menos es más. Utiliza una pequeña cantidad y aplica con el dedo anular (el que menos presión ejerce) o con una esponja húmeda. Si tienes ojeras muy oscuras, considera usar antes un precorrector salmón o anaranjado.
Busca corregir, no borrar completamente. El efecto debe ser natural.
4. ❌ No difuminar bien el contorno o el colorete
El error: Líneas marcadas de contorno o parches de colorete sin difuminar.
La solución:
Usa brochas limpias y realiza movimientos circulares o ascendentes suaves. Si te pasas con la cantidad, puedes suavizar el efecto con una esponja húmeda o aplicar un poco de base encima para equilibrar.
Difuminar es la clave del maquillaje profesional.
5. ❌ Aplicar polvos en exceso
El error: Sellar todo el rostro con una capa gruesa de polvos compactos o sueltos, provocando un efecto acartonado.
La solución:
Aplica polvo solo en zonas necesarias: zona T, contorno de ojos y barbilla. Usa una brocha suelta o una esponja ligeramente impregnada.
Polvo sí, pero con moderación. La piel debe respirar.
6. ❌ Maquillar los ojos sin tener en cuenta la forma del párpado
El error: Usar técnicas universales sin adaptarlas al tipo de ojo (encapotado, almendrado, caído…).
La solución:
Busca referencias específicas para tu forma de ojo. Por ejemplo, en ojos encapotados es mejor trabajar las sombras con el ojo abierto para ver dónde realmente se verá el color.
No se trata de copiar, sino de resaltar tu mirada de forma personalizada.
7. ❌ No desmaquillarse correctamente
El error: Dormir con maquillaje o retirarlo de forma superficial.
La solución:
Utiliza productos eficaces pero suaves (como bálsamos, aguas micelares o aceites desmaquillantes) y asegúrate de limpiar también pestañas, párpados y línea del cabello.
Un buen desmaquillado es el primer paso para una piel bonita al día siguiente.
✅ Bonus: consejos rápidos para mejorar tu técnica
- Luz natural: Siempre que puedas, maquíllate con luz natural o blanca neutra.
- Herramientas limpias: Lava tus brochas y esponjas al menos una vez por semana.
- No te saltes las cejas: Incluso un pequeño toque de gel fijador mejora el conjunto del rostro.
- Confía en el fijador: Un spray fijador puede marcar la diferencia en la duración del maquillaje.
En resumen:
No se trata de buscar la perfección, sino de corregir pequeños hábitos que marcan una gran diferencia. Un maquillaje bien aplicado no solo embellece, sino que potencia lo mejor de ti sin que parezca forzado.