Vaselina Gal: Es la gran elegida por las maquilladoras. El ‘típico tarrito rosa’, que sirve para casi todo. Se usa incluso hasta para peinar las cejas y para hacer maquillaje de ojos brillante (mezclándola con sombra y pigmento). Aporta brillo natural, ya sea sola o mezclada con otros labiales.
Jabón de glicerina: Da igual la marca, la cuestión es que sea un jabón de glicerina en pastilla para usar como fijador de cejas. Se humedece y trabajas las cejas con un cepillito. Además, ahora que se llevan las cejas laminadas, es un plus.
Todos los coloretes de la marca Bourjois: Puede que los primeros productos de maquillaje de las que ahora tenemos más de 30 fueran precisamente los coloretes de Bourjois. Son un clásico.
Crema de Nivea: Otra que va al pódium de los ganadores. La crema del tarrito azul de Nivea es la elegida por muchas maquilladoras para las sesiones de fotos porque deja la piel del cuerpo súper hidratada.
Laca Nelly: Otro gran clásico. Gusta a los expertos especialmente porque no apelmaza .Con un cepillado se elimina y su olor es muy agradable.
Polvos de talco de Ausonia (ahora Eudermin): Los de Ausonia (ahora Eudermin) son los preferidos de muchos maquilladores para solucionar un gran dilema: el de los pliegues que se forman en los párpados grasos cuando se aplican las sombras de ojos. Por eso los utilizan después de aplicar las sombras. En muy pequeña cantidad, tan solo poniéndolos en la puntita de un pincel de difuminar y presionando muy ligeramente sobre el párpado.
Maderas de Oriente: Estos polvos sueltos eran un clásico en el neceser de nuestras abuelas y el primer maquillaje de muchas adolescentes de los 80. También los siguen usando los maquilladores, aplicados siempre con borla.
Jabón de Bella Aurora: Otro producto con solera de una marca veterana en el terreno de la cosmética antimanchas. Su jabón, a base de aceite de coco y glicerina, es también un clásico en el neceser de muchos maquilladores ya que deja la piel muy limpia y con una gran sensación de frescor.