El colorete en polvo es capaz de sonrosar las mejillas con un simple toque, potenciar los pómulos y conseguir un rostro saludable en segundos con acabado aterciopelado y ultra suave. Como para todo buen producto de maquillaje, saber aplicarlo bien y elegirlo correctamente depende de conocer muy bien la forma de tu rostro y su textura, para afinar al máximo. Encontrar el tono perfecto y dar con la técnica ideal, se consigue con estos pasos sencillos pero importantes.
Cómo encontrar el tono ideal de colorete en polvo
Es importante pararse a elegir bien el tono que vas a usar porque, aunque te guste el tono fresa, puede que a tu rostro no le haga ningún favor y necesites un tono más cálido o al revés. Es decir, aplica estas máximas:
- Si tienes la piel clara, elige los tonos rosas o colores fríos.
- Si tienes un tono medio, puedes elegir entre la gama de coloretes rosas y los melocotones suaves.
- Si tu piel es más oscura, te quedará mucho mejor los tonos tierra o colores cálidos.
Una vez que hayas dado con el tono ideal, pasa al siguiente paso.
Cómo aplicar el colorete en el polvo
Según los expertos, la forma ideal es hacerlo sobre el pómulo, en dirección ascendente hacia la sien. Pero dependiendo de la forma del rostro, también hay trucos. La máxima de todos ellos es aplicarlo en movimientos circulares.
- Si tienes el rostro ovalado, el colorete debe centrarse en la mejilla y difuminarse suavemente en dirección a los contornos.
- Si tienes el rostro cuadrado, el colorete en polvo hará la función de suavizar las facciones, así que aplícalo en la parte alta del pómulo.
- En el caso de tu cara sea redondeada, deberás conseguir con el blush empolvado dar un efecto visual de rostro más alargado. Para ello, el movimiento ascendente es importante a la hora de aplicarlo, siempre desde debajo del hueso del pómulo y hacia la sien.
- Si tu rostro por el contrario es alargado, necesitarás el efecto contrario, el de redondear ligeramente las facciones. Para conseguirlo, aplica el colorete siempre en dirección horizontal (no ascendente, para no alargar más), desde las aletas de la nariz, hacia las orejas.
Otros trucos
Para potenciar los pómulos, por ejemplo, puedes mezclar varios tipos de tonos.
Si quieres más luminosidad en la piel, mézclalo con un iluminador empolvado o al terminar de aplicar el colorete, da unos toques con el dedo en las zonas altas donde quieras aportar luz, con la yema de los dedos.
Por cierto, el truco de la sonrisa no falla. Cuando vayas a aplicar el colorete, mírate en el espejo y sonríe. El punto donde se eleva el pómulo es el punto de salida desde el que debe salir la dirección deseada del colorete.