En esta época del año, en la que el cielo está siempre nublado y pasamos menos tiempo al aire libre, se dispara la incidencia de la carencia de vitamina D, una de las más importantes para la salud del organismo.
La falta de vitamina D es especialmente prevalente en la población europea y asiática. En las zonas del sur de Europa afecta a entre el 30 y el 60 % de la población, y en el Este hasta el porcentaje sube hasta el 80 %.
Es bien sabido que la exposición al sol es la forma más fácil de estimular la producción de vitamina D en nuestro organismo, ya que los rayos ultravioleta favorecen la síntesis de la hormona responsable de ello. Se cree que bastan entre 15 y 30 minutos al sol para que el cuerpo produzca la cantidad que necesita.
Si no puedes tomar el sol, bien porque sea invierno o porque eres especialmente consciente de las consecuencias nocivas de los rayos UV e intentas evitarlos en la medida de lo posible, la alimentación y los suplementos te ayudarán a mantener un nivel adecuado de vitamina D en tu organismo.
Vitamina D, ¿para qué sirve?
La vitamina D desempeña un importante papel en varios procesos metabólicos. Es esencial para mantener los huesos fuertes, ya que favorece la absorción del calcio y el fósforo. Además, mantiene sanos el corazón, el sistema cardiovascular y el tiroides, y ayuda a reducir la inflamación y a controlar las infecciones.
¿Cuáles son las consecuencias de la carencia de vitamina D?
Si no se toman medidas, en los casos más graves de hipovitaminosis D se puede incurrir en ciertas enfermedades que afectan al metabolismo óseo (raquitismo, osteoporosis, osteomalacia), y el debilitamiento de los huesos maxilares, que propicia la periodontitis.
También están relacionadas con la carencia de vitamina D la hipertensión, la diabetes, la fibromialgia y ciertos trastornos neurológicos, como la esclerosis múltiple.
¿Cuáles son los síntomas de la carencia de vitamina D?
Para saber con certeza si te falta vitamina D, debes hacerte un análisis de sangre, si tu médico así te lo aconseja. También existen algunos síntomas que actúan como señales de alarma y pueden revelar rápidamente si padeces esa deficiencia.
La mayoría de las personas necesitan entre 600 y 800 U.I. (unidades internacionales) de vitamina D al día, pero algunas precisan de cantidades mayores. Por ejemplo, quienes rara vez se exponen al sol, los ancianos, las personas de piel negra o morena y quienes padecen ciertas enfermedades, como disfunción hepática.
1- FATIGA
Uno de los síntomas más comunes de la carencia grave de vitamina D es la sensación de fatiga crónica, profunda e irreparable. Pero también ocurre lo contrario: quienes tienen exceso de vitamina D pueden experimentar un cansancio recurrente. Por lo tanto, la administración de suplementos de vitamina D siempre debe ser prescrita por un médico y controlada mediante análisis de sangre.
2- DOLOR Y DEBILIDAD MUSCULAR
Diversos estudios han demostrado una correlación entre el dolor y la debilidad musculares frecuentes y la carencia de vitamina D. Si experimentas episodios de este tipo sin razón aparente, habla con tu médico.
3- DOLOR ÓSEO O ARTICULAR
En caso de insuficiencia grave de vitamina D, un componente indispensable para que el organismo absorba el calcio, pueden aparecer síntomas como el dolor de huesos y articulaciones y su mayor fragilidad.
4- PÉRDIDA DE CABELLO
La vitamina D es esencial para tener un cabello sano y bonito, y acelera su ritmo de crecimiento. Por lo tanto, la falta de vitamina D puede provocar su caída y ralentizar el crecimiento, ya que detiene el ciclo vital del folículo. También se cree que la alopecia (pérdida total del cabello y del vello corporal) está relacionada con una insuficiencia de esta vitamina. Sin embargo, lo más frecuente es que la caída del cabello se deba a causas genéticas y hormonales.
5- ENFERMAMOS CON FRECUENCIA
La carencia de vitamina D está asociada a un sistema inmunitario débil. Por lo tanto, si te pones enferma con frecuencia y no entiendes el motivo, podría tratarse de una falta de vitamina D.
6- DEPRESIÓN, ANSIEDAD, CAMBIOS DE HUMOR, TRASTORNOS DEL SUEÑO
Aunque no existen estudios e investigaciones que señalen que la falta de vitamina D puede ser motivo de depresión, y tampoco que esta vitamina pueda ser un buen remedio para ella, la comunidad científica coincide en que un organismo deficiente en vitamina D tiene que esforzarse más en la ejecución de tareas, lo que puede provocar fatiga y, posteriormente, alteraciones mentales y hormonales.
Alimentos con vitamina D
Los alimentos ricos en vitamina D son el aceite de hígado de bacalao y los aceites de pescado en general, el pescado (sobre todo salmón, atún, pez espada, trucha, caballa, arenque, anguila), la yema de huevo, la leche y la mantequilla, y las setas porcini.
También se pueden encontrar en el mercado alimentos enriquecidos con vitamina D, como leche, yogur, leche de soja, margarina y cereales.
Relacionado