Cremas para embarazadas: recomendadas y prohibidas

El embarazo -con todos sus mitos y verdades- supone una importante etapa de cambios en la piel de la mujer. La sensibilidad se acentúa en esta fase y muchos de los ingredientes que utilizabas en tu día a día, se guardan en el cajón hasta 9 meses después. Y ya no sólo eso, sino que muchos de los ingredientes habituales de tu rutina están totalmente desaconsejados durante estos meses también para tu bebé.

Cosmética durante el embarazo: ingredientes prohibidos

Cremas con retinol

El retinol o vitamina A es un ingrediente antiedad perfecto presente en muchos sérums y cremas para mejorar el aspecto de la piel en lo que a arrugas y manchas en la cara se refiere. Si lo has estado utilizando en tu rutina diaria y te has quedado embarazada, lo mejor será aparcarlo hasta que tu bebé llegue. A pesar de que en bajas concentraciones podría no entrañar peligro, lo mejor es prevenir.

La vitamina A es un ingrediente soluble en grasa y es capaz de intervenir en numerosos procesos biológicos (desde la gestación a la diferenciación celular, la visión e incluso afectar a la reproducción). No sólo se encuentra en tus cosméticos. También encontrarás vitamina A en determinados alimentos de origen animal (como puede ser el hígado) y algunos de origen vegetal (carotenos presentes en las zanahorias o en las batatas, por ejemplo).

Según la edad y momento en la vida, las necesidades de vitamina A varían. Según los datos de la Fundación 1000 sobre defectos congénitos, la dosis de vitamina A recomendada durante el embarazo es de 2.700 unidades internacionales (U.I.)/ al día para llegar a las 8.000 U.I. con la que incluyas con los alimentos.

Los estudios han demostrado que cuando una embarazada utiliza dosis inferiores a las 10.000 U.I. al día no hay por qué preocuparse. Sin embargo, si la dosis es superior, especialmente por encima de los 25.000 U.I., puede haber riesgo de defectos congénitos.

Si por tratamientos dermatológicos has estado expuesta a altas dosis durante el primer trimestre, lo mejor es que se lo digas a tu ginecólogo para que te realicen estudios ecográficos de alta resolución que puedan detectar riesgos.

Del mismo modo, las recomendaciones médicas también pasan por hacer un consumo responsable de los patés y el hígado.

Cremas con cafeína

Si la piel de naranja no te da tregua durante el embarazo, sí puedes seguir usando cremas anticelulíticas… pero con una especial precaución: que no contengan cafeína. Y es que la cafeína es un ingrediente estimulante que puede pasar al torrente sanguíneo y llegar al feto. Es más, evitar las cremas con cafeína no sólo formará parte de las recomendaciones durante la gestación, sino también en el período de lactancia.

Y no sólo en las cremas anticelulíticas. La cafeína también se encuentra con frecuencia en los contornos de ojos. Echa un vistazo a las etiquetas de tu neceser.

Cremas con aceites esenciales

Los aceites esenciales no están prohibidos en su totalidad, sino que existe una lista negra de ellos que sí deberías evitar por estar especialmente desaconsejados en la gestación. Especialmente, en los primeros meses. Hablamos de los aceites esenciales de salvia, orégano, el aceite de clavo, geranio, mentol o ruda.

Probablemente en muchos de tus cosméticos los encontrarás en concentraciones mínimas (menos del 0,10 %, por ejemplo). En ese caso, no son tan problemáticos aunque será mejor que los evites totalmente durante los primeros meses.

Cremas con ácido salicílico

El ácido salicílico es especialmente bueno como antiinflamatorio, antibacteriano y antiséptico. Ayuda a la regeneración de la piel y a la inhibición del envejecimiento. Puedes encontrarlo en multitud de cosméticos para su uso tópico, como por ejemplo algunos productos para eliminar granos o puntos negros, y probablemente tengas alguno que otro en tu neceser, además del blíster de aspirinas.

Sin embargo, forma parte también de esa lista negra de ingredientes desaconsejados en el embarazo. De hecho, los médicos suelen ser bastante estrictos con él, especialmente en altas concentraciones (en medicamentos), ya que además de que afectará de forma negativa en la piel de la embarazada por la mayor sensibilidad durante la gestación, puede ser transportado por la sangre hasta la placenta y penetrar en el feto.

Cremas con ácido glicólico

Por sus propiedades, el ácido glicólico se utiliza especialmente en los exfoliantes, así como en otros tratamientos cosméticos que difuminan manchas y aportan luminosidad a la piel. Si ya se trata de un ingrediente con el que las pieles sensibles sufren más de lo normal cuando se abusa de él, durante el embarazo, momento en el que la piel de la mujer prácticamente “muta”, también se desaconseja. En altas concentraciones, también puede penetrar al torrente sanguíneo y llegar a la placenta. Coméntaselo a tu médico si lo necesitas de forma urgente.

Tintes de pelo durante el embarazo

Abrimos un pequeño paréntesis para hablar de los tratamientos y cuidados para el pelo durante la gestación. ¿Qué hay del mito de los tintes y el embarazo? Pues que no es del todo cierto. Nueve meses con canas se hacen largos y si utilizas tintes fiables, no habrá problema en absoluto. Es decir, aquellos que no contengan amoníaco o sales de plomo. Asegúrate preguntando a tu peluquero.

Por su parte, si estás embarazada y sigues un tratamiento con minoxidil para combatir la caída del pelo, esto también te interesa. A pesar de haberse reportado pocos casos de anomalías congénitas en gestaciones con exposición al minoxidil, la FDA le ha asignado dentro del grupo de medicamentos de categoría C del embarazo. La razón, los estudios en animales. A pesar de que no han permitido encontrar evidencias de teratogenicidad, sí observaron una reducción en la concepción y un aumento en incidencias por absorción del feto en los animales que recibieron dosis hasta 5 veces superiores que la humana.

Si no hay alternativa, mejor aparcarlo hasta después de la lactancia. Porque sí, durante este período sí se han encontrado incidencias. El minoxidil se excreta en la leche materna y el mismo fabricante recomienda, debido a las reacciones en los bebés lactantes, suspender el tratamiento en esta fase.

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