Todo lo que la vitamina K puede hacer por tu mirada

¿Cuántas veces hemos escuchado la tradicional frase “los ojos son el espejo del alma”? La mirada es una de las partes más expresivas del rostro, una puerta abierta a través de la cual se muestran nuestras emociones, carácter y estado de ánimo, y como tal, una de las zonas que cuidamos con más esmero mediante el uso de cosméticos y maquillaje que nos ayudan a realzar la belleza natural de nuestros ojos. La aparición de bolsas y ojeras en esta zona es una de las grandes preocupaciones estéticas del momento y cada vez son más las mujeres que deciden pasar por el bisturí para eliminar de raíz este problema, que hace que la mirada cobre una apariencia triste, cansada y sombría. Pero ¿y si te dijésemos que el secreto para neutralizarlas no se encuentra en tu neceser, sino en tu dieta?

El característico color violáceo de las ojeras se debe a una mala circulación de la sangre en la zona. La piel que rodea los ojos es especialmente fina, transparente y delicada, y por lo tanto, una de las primeras zonas del rostro en mostrar las consecuencias de la edad, el estrés y la falta de sueño. Aunque los factores genéticos son determinantes en la aparición de las ojeras y las bolsas, el paso de los años, el cansancio y la mala alimentación pueden potenciar la pérdida de tensión de la piel y la congestión sanguínea que provoca ese desagradable color amoratado bajo los ojos. En este último caso, el consumo de vitamina K puede convertirse en el aliado secreto para minimizar las consecuencias estéticas de esta mala circulación sanguínea.

También llamada “la vitamina antihemorrágica”, la vitamina K es para la mayoría una gran desconocida, pero desarrolla un papel fundamental en los procesos de coagulación de la sangre. Tanto es así, que se recomienda moderar su consumo a los pacientes que están siendo tratados con medicamentos anticoagulantes. Las personas que acusan una carencia de esta sustancia son a menudo más propensas a presentar hematomas y hemorragias. Además, esta vitamina resulta imprescindible para mantener la buena salud de nuestros huesos y protege la elasticidad del sistema vascular previniendo enfermedades relacionadas con el estilo de vida sedentario y la obesidad como la diabetes. Dado que las ojeras son la consecuencia visible de una mala circulación sanguínea en el contorno de los ojos, la vitamina K puede transformarse en nuestra gran aliada para combatirlas desde el interior.

 Existe una gran variedad de alimentos ricos en vitamina K que podemos incluir en nuestra dieta o bien aumentar su ingesta para paliar este problema. Las verduras de hoja verde, como las espinacas, las endivias, la lechuga, los berros o la col, el brócoli, la albahaca o los germinados, pueden ayudarnos a conseguir un aporte extra diario de vitamina K que resultará determinante a la hora de descongestionar los ojos con mayor facilidad y favorecer una buena circulación sanguínea en la zona. Si bien también podemos acudir al consumo de suplementos vitamínicos o utilizar sérums o cosméticos específicos formulados con esta sustancia, en la mayoría de los casos, un pequeño ajuste en los hábitos alimenticios será suficiente para notar la diferencia.

Si combinamos estos productos, con una adecuada higiene del sueño y la hidratación necesaria, nuestra mirada recuperará la luminosidad y la frescura perdidas. Una vez más, el secreto de la belleza (también de la de los ojos), reside fundamentalmente en la alimentación.

Fuentes: revista Vogue

Entradas relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *