Cuando oímos la palabra botox inmediatamente nos viene a la cabeza su uso contra las arrugas, pero lo cierto es que tiene otras muchas aplicaciones. Actualmente, en España se puede usar el botox en pacientes con incontinencia por hiperactividad neurógena –causadas por un problema neurológico– que no responden al tratamiento estándar, algo que sucede en el 30% de los casos. Además, el Ministerio de Sanidad está ultimando la aprobación y el reembolso en el Sistema Nacional de Salud (SNS) de su uso para tratar la vejiga hiperactiva idiopática, cuyo origen es desconocido, que representa el 80% de los afectados por este trastorno urinario.
El botox tambien sirve para combatir la migraña crónica, que afecta al 2% de la población. Sanidad ha autorizado este mismo año su uso preventivo para esta afección.

Asimismo, la mayoría de hospitales españoles lo emplean en el  tratamiento de la espasticidad de las personas que han padecido un ictus o tienen parálisis cerebral, incluidos los niños.

 

 

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