Los dermatólogos piden que se regulen los acrilatos en los productos estéticos

En el último Congreso Nacional de Dermatología y Venereología, organizado por la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV), los dermatólogos españoles han pedido a las instituciones públicas pasar a la acción y regular los acrilatos incluidos en productos estéticos (esmaltes de uñas y pegamentos estéticos para poner pestañas postizas) por su riesgo de sensibilización. La razón: el aumento de dermatitis alérgica por contacto.

“Consideramos relevante formar, informar y regular el uso de estos productos como, por ejemplo, se ha hecho anteriormente con las lastiazolinonas, conservantes con amplia difusión en cosméticos habituales como toallitas limpiadoras, cremas o productos de higiene y limpieza”, comenta Tatiana Sanz, dermatóloga miembro del Grupo Español de Investigación de Dermatitis de Contacto y Alergia Cutánea (GEIDAC), de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV). De hecho, los dermatólogos han creado un registro a nivel nacional de los casos estudiados por dermatitis de contacto. “Queremos mejorar el proceso de diagnóstico. Por eso, estamos trabajando en la identificación de nuevos marcadores que podamos incluir en nuestra batería estándar y detectar así el mayor número de casos sensibilizados a textiles y acrilatos cuando realizamos las pruebas epicutáneas”, comenta Tatiana.

El problema

Los acrilatos presentes en materiales de manicura; esmaltes semipermanentes o de duración prolongada, que precisan para su secado de la aplicación de lámparas de luz ultravioleta pueden provocar dermatitis de contacto. “Son precisamente los esmaltes permanentes los principales responsables del gran número de casos de sensibilización que hemos observado en los últimos años de forma creciente”, asegura María Elena Gatica-Ortega, dermatóloga miembro del GEIDAC, de la AEDV. Y también se están registrando casos cuando se utilizan uñas acrílicas, unas de gel, uñas postizas, la técnica dip-powder, las extensiones de pestañas y las pestañas postizas.

¿Qué son exactamente los acrilatos?

“Son compuestos derivados del petróleo que se forman a partir de pequeñas moléculas denominadas monómeros. Estas partículas diminutas se encadenan unas a otras para formar polímeros más grandes a través de reacciones químicas que, en ocasiones, precisan de la aplicación de luz ultravioleta. Podría compararse a las perlas de un collar; cada perla sería el monómero y el collar completo, el polímero”, describe María Antonia Pastor-Nieto, dermatóloga miembro del GEIDAC, de la AEDV. El problema lo generan los acrilatos en su forma de monómero o cuando las uniones entre estos no son sólidas. “El polímero al ser una molécula muy grande no tiene la capacidad de penetrar la piel y, por tanto, no genera alergia. Sin embargo, el monómero es una molécula pequeña capaz de penetrar a través de la piel y ocasionar alergia”, asegura Pastor-Nieto

¿En qué productos estéticos se encuentran?

En las lacas de uñas de larga duración, en el pegamento para colocar las pestañas postizas, las barras de labios hidratantes o las fragancias de las pastas de dientes y desodorantes. Y también se encuentran en productos sanitarios, como los pegamentos quirúrgicos, los adhesivos médicos o los cementos utilizados en odontología y traumatología. En el caso de los esmaltes permanentes, los monómeros se hallan en el esmalte fresco líquido previamente a la aplicación de la lámpara. Una vez que el producto se seca se generan moléculas grandes (polímeros) y no tienen riesgo de sensibilizar. “Se debe insistir en que el procedimiento de secado sea completo con lámparas adecuadas y durante el tiempo suficiente para que no queden restos de monómeros en el producto una vez seco”, aconseja Gatica-Ortega.

¿Qué daños pueden producirnos?

Son altamente sensibilizantes y pueden ocasionar reacciones alérgicas al contacto con la piel en forma de dermatitis de contacto. “El principal efecto es una dermatitis de contacto en la piel de alrededor de las uñas, que consiste en una inflamación localizada con enrojecimiento y pequeñas vesículas. Esta puede ser muy intensa en ocasiones, y si el contacto se perpetúa en el tiempo, puede derivar en una reacción más crónica con engrosamiento de la piel y grietas dolorosas”, cuenta Gatica-Ortega. Pero, también puede presentarse lesiones en la cara o el cuello, al tocarse accidentalmente con las manos o con objetos contaminados (móviles, bebidas). Y “hemos observado, además, alteraciones en las uñas, sensaciones de hormigueo, síntomas sistémicos como cefalea o incluso respiratorios, como carraspera o tos”, añade Pastor-Nieto.

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