Las consecuencias de los excesos navideños en tu piel

La comida, la bebida y las noches sin fin pasan una gran factura a tu belleza. Además del abeto, las reuniones familiares, los regalos o el turrón, hay otro ingrediente que nunca falta durante la Navidad: los excesos. Comidas de varios platos que se alargan, empachos de turrón, cenas (de empresa, de amigos, de Nochebuena) que terminan, tras varias copas, a altas horas de la madrugada…

Durante dos semanas, como mínimo, estos rituales se repiten una y otra vez, casi sin descanso. El resultado es que entras en el nuevo año con un exceso de comida y de alcohol y un déficit de sueño en tu organismo. Y estos desequilibrios, claro, pasan factura a tu salud y también a tu belleza.

-LA COMIDA:
Los excesos en la dieta nunca son buenos, pero, en Navidad, comer más de la cuenta parece inevitable. En las comidas y cenas de estas fechas, hay dos elementos especialmente dañinos para tu piel, aparte del alcohol, que merece un punto propio. Hablamos de las grasas trans y del azúcar.

Aunque ciertas grasas son beneficiosas para la salud y para mantener la piel joven, no es el caso de las llamadas trans, resultado de la hidrogenación de otras grasas (por ejemplo, al freír aceite de oliva). Este tipo de grasas, entre otros efectos negativos, puede afectar al corazón y empeorar la circulación de la sangre. Esto provoca una falta de oxígeno en las células cutáneas, lo que afecta a la producción de colágeno y elastina. ¿El resultado? Una piel más débil y menos elástica.

Por otro lado, el azúcar presente en los dulces navideños también actúa contra el colágeno: lo rompe a causa del proceso de glucacinación que desencadena en el cuerpo. Las consecuencias son que la piel pierde elasticidad y se acelera su envejecimiento.

-EL ALCOHOL:
Entre los numerosos efectos nocivos que el alcohol tiene en tu salud y en tu belleza algunos atacan directamente al aspecto de tu piel. La deshidratación que el alcohol provoca en todo el organismo también afecta, claro está, al cutis. Esto acelera su envejecimiento y la aparición de arrugas, además de apagar la luminosidad de la piel y hacerte parecer cansada. En las citas de Navidad, sustituye el vino y las copas por agua. O, al menos, intercala entre sí las distintas bebidas (alcohólicas y no) a lo largo de la noche.

-TRASNOCHAR:
Está comprobado, por la ciencia y por la experiencia que dormir menos de seis horas de manera habitual afecta a tu aspecto: aparecen ojeras, los poros se abren, la piel se reseca… Pero los efectos también son visibles al dormir poco una sola noche. Esto se debe a que, cuando no se duerme lo necesario (unas siete horas), el organismo eleva los niveles de cortisol; un desequilibrio que rompe el colágeno y la elastina de la piel. La consecuencia inmediata es que la piel pierde parte de su elasticidad y suavidad, se pronuncian las líneas de expresión, aparecen manchas y rojeces, y las toxinas se multiplican.

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