Las algas Kelp; el alimento estrella del otoño

Las algas están de moda. Ya no son una excentricidad de chinos y japoneses –de hecho China es el mayor productor de algas comestibles, según la FAO-, sino que es fácil encontrarlas en supermercados y herbolarios para dar un toque de sabor a las ensaladas o deshidratas para añadir a alguna sopa. En concreto las algas Kelp son uno de los alimentos estrella de este otoño por ser una fuente de vitaminas, minerales, agua y fibra; nutrientes fundamentales para preparar el organismo para las inclemencias del otoño y el invierno. Y algo más a su favor, son muy bajas en calorías: 100 gramos de alga cruda aportan 50 Kcal.

  • Las algas Kelp son vegetales marinos que crecen en zonas poco profundas por lo que reciben mucha luz solar. Esto hace que tengan ese característico color verde y sean muy ricos en minerales, sobre todo yodo y calcio. Pero vamos por partes… Aunque aportan más hidratos de carbono que proteína (8,3 gramos de hidratos y 1,6 gramos de proteínas por 100 gramos), éstos son de bajo índice glucémico (los que evitan los picos de azúcar en la sangre). Y, además, la proteína que contienen es vegetal y de alto valor biológico, es decir rica en aminoácidos esenciales.
  • Son fuente de potasio, magnesio, hierro y, sobre todo, de yodo y calcio. El yodo es un mineral súper importante para controlar el correcto funcionamiento de la glándula tiroidea. De hecho, las personas con bocio o hipotiroidismo toman medicación con yodo para regular estos trastornos y además al tener también una alta concentración en calcio ayudan a fortalecer los huesos, por lo que son muy buenas durante la menopausia.
  • Tienen una alta concentración en alginato, que ayuda a regular el tránsito intestinal y soluciona el estreñimiento cuando se está haciendo dieta. Cuando se está a régimen se suele tomar menso grasas y es más fácil tener dificultades para ir al baño. Las algas kelp son una solución en este caso. Además, según estudios recogidos en Food Chemistry esta riqueza en alginato hace que puedan bloquear la absorción de las grasas hasta en un 75%. Ayudan a regular los niveles de colesterol.
  • Contienen tanta agua como la piña o las alcachofas por lo que son consideradas un diurético natural. Ayudan al correcto funcionamiento de los riñones y depuran el organismo de tóxicos, limpian y purifican las arterias.
  • Están cargadas de vitaminas antioxidantes (ácido fólico, A, B, C y E) que protegen los órganos y la piel del ataque de los radicales libres, luchan contra la oxidación celular, la formación de manchas y el desarrollo de alteraciones en el ADN celular. Incluso algunas publicaciones aseguran que las japonesas tienen menos cáncer de ovario, mama y endometrio por consumir este vegetal marino.
  • Ya es fácil encontrarlas en grandes superficies, herbolarios, farmacias y tiendas de dietética especializadas. Y se pueden encontrar frescas para añadir a las ensaladas, batidos y salsas (su sabor es salado e intenso), deshidratadas para añadirlas a sopas, en polvo para utilizarlas como condimento y en comprimidos como suplemento. Otra forma divertida de encontrarlas y comerlas es en forma de fideos.

 

 

Entradas relacionadas

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *