El sol es una fuente natural de energía, vitamina D y buen humor. Pero también puede convertirse en un enemigo si no lo tratamos con respeto. Con la llegada del verano, es habitual querer aprovechar cada rayo para conseguir ese tono dorado tan deseado, pero la sobreexposición solar sin protección puede provocar envejecimiento prematuro, manchas e incluso problemas más serios como el cáncer de piel.
Por eso, desde nuestro blog de estética te traemos una guía práctica con consejos clave para tomar el sol de forma segura este verano, disfrutando de todos sus beneficios… ¡sin pagar un precio demasiado alto!
1. Elige bien tu protector solar (y úsalo bien)
No todos los protectores son iguales. Apuesta por un fotoprotector de amplio espectro (UVA y UVB), con un FPS de mínimo 30 para el cuerpo y 50 para el rostro. Y lo más importante: reaplica cada 2 horas, y también después de nadar o sudar.
Tip de experta: si usas ácidos, retinoides o tratamientos despigmentantes en tu rutina facial, elige un protector con filtros físicos y textura ligera para evitar reacciones.
2. Evita las horas de mayor intensidad solar
Entre las 12:00 y las 16:00 horas el sol incide con más fuerza. Aprovecha ese rato para descansar a la sombra, comer o hidratarte, y deja el bronceado para primera hora de la mañana o a última hora de la tarde.
3. No te confíes en días nublados o con brisa
Aunque no lo parezca, hasta el 80% de la radiación UV atraviesa las nubes. Además, la sensación de frescor puede engañarte y hacerte permanecer más tiempo al sol sin darte cuenta.
4. Hidrata tu piel desde dentro y desde fuera
Beber agua es clave para evitar deshidratación, pero tu piel también necesita cuidados externos. Usa after sun o cremas calmantes con ingredientes como aloe vera, caléndula o pantenol para recuperar la barrera cutánea tras la exposición solar.
5. Acostúmbrate a tomar el sol de forma gradual
Evita largas exposiciones el primer día de playa. Empieza con 15 o 20 minutos diarios y ve aumentando poco a poco el tiempo, siempre con protección. Así tu piel se adapta sin quemarse y lograrás un bronceado más duradero y saludable.
6. Protege zonas sensibles que solemos olvidar
Orejas, empeines, labios, nuca o el cuero cabelludo (si tienes poco pelo) son zonas que se queman con facilidad. Usa stick solar, sombreros y gafas homologadas con filtro UV para protegerte al máximo.
7. Broncéate sin sol: una alternativa cada vez más segura y estética
Si no quieres arriesgarte o tienes la piel muy clara, existen opciones como los autobronceadores, los bronceados en cabina o incluso cosmética con pigmentos temporales que imitan el efecto dorado sin exposición solar.
Recuerda: una piel bonita es, sobre todo, una piel sana. Tomar el sol con conciencia no solo previene daños futuros, sino que te permite disfrutar del verano sin renunciar al bienestar ni a tu estética natural.
☀️ ¡Este verano, cuídate por dentro y por fuera!