Cómo aplicar la sombra de ojos para que te quede como una profesional

Para conseguir un acabado de profesional al aplicar la sombra de ojos, uno de los factores más relevantes a tener en cuenta son las herramientas que usemos y, más concretamente, las brochas. Estas permitirán mezclar colores con mucha mayor facilidad, depositar pigmento y difuminarlo para que el resultado quede suave.

Por eso, los tipos de brochas de maquillaje que debemos tener a mano son fundamentalmente tres. En primer lugar, una brocha pequeña y con forma plana que será para aplicar el pigmento en todo el párpado. Después, otra brocha de ojos con cerdas más largas, sueltas y suaves para difuminar. Y, la brocha de forma más cónica y chata para potenciar la oscuridad en esquinas y cuencas del ojo. Aunque, también puedes tener a mano un pincel de punta biselada para hacerte el eyeliner o pintar las cejas. Y, un pincel medianito para aplicar el corrector de ojeras.

Cómo aplicar las sombras de ojo paso a paso

Paso 1: Preparación

Antes de empezar a realizar cualquier maquillaje de ojos, lo primero que debemos hacer es preparar la zona y esto lo conseguiremos mediante la aplicación de una prebase para sombra de ojos. Es un producto que no añade color, pero unifica todo el tono del párpado, alisa la piel para permitir un mejor difuminado, potencia los colores que usemos sobre él y alarga la duración del maquillaje.

En el caso de que no tengas ninguno de estos primers a mano, siempre puedes utilizar un poco de corrector extendiéndolo de manera homogénea para crear esa base ideal. Pero, por su formulación, se recomienda mucho más usar una prebase destinada a este objetivo, sobre todo si quieres que las sombras se mantengan en su sitio todo el día.

Paso 2: neutros en la base

Lo primero que haremos será usar un tono de base claro extendido por todo el párpado movil. Para conseguir un maquillaje más versátil, utilizaremos sombras de ojos color nude, parecidas al color de la piel. Pero, si quieres usar diferentes colores o una misma gama cromática, aplicaremos primero el color más claro que vayamos a emplear.

Paso 3: la sombra de transición

Normalmente, en un maquillaje de ojos al uso se suelen usar tres tonos de sombra. El más claro, que ya hemos aplicado en todo el párpado. Y, ahora, tocaría emplear el tono intermedio en la zona de la línea del pliegue del párpado (por toda ella o solo de la mitad hacia el exterior). Empieza poco a poco hasta conseguir la intensidad que desees y siempre con movimientos de dentro hacia afuera. Termina integrando este color medio con el tono de base, con una brocha para difuminar.

Paso 4: sombras oscuras

El tercer tono será el más potente de todos. Este lo usaremos difuminado en la esquina exterior del ojo. Podemos disponerlo en forma de uve para que se integre del todo con el tono intermedio o solo haciendo una línea diagonal que vaya desde la línea de la pestaña hacia fuera, casi tocando con la sien, y después difuminándola. Así aportaremos profundidad y los movimientos ascendentes alargados con seguirán un efecto lifting.

De todas formas, hay muchas maneras de emplear las sombras oscuras, dependiendo del tipo de maquillaje que queramos recrear. Siempre se usarán en último lugar. Pero, si no quieres mucha oscuridad en tus ojos, las puedes emplear solo pegadas a la línea de las pestañas para resaltar mucho más el ojo y su forma, difuminando suavemente. Terminamos usando una brocha limpia para difuminar que mezcle suavemente todos los colores y hacer una transición.

Paso 5: la luminosidad

Para amplificar la mirada y hacer que el look sea mucho más favorecedor (sobre todo en maquillajes de fiestas o para la noche), puedes usar un topper con brillo, sombra glitter o shimmer en el centro del párpado. Así conseguirás que tus ojos se vean mucho más grandes y tu maquillaje quedará sensacional.

Si busacas algo más sutil, para llevar siempre, un truco de profesional que marcará la diferencia será usar un iluminador o sombra brillante en champagne o perlado, solo en la zona del lagrimal. Y, lo mismo puedes hacer en el hueso de la ceja, usando la misma sombra con brillo y difuminándola hacia fuera y suavemente con la sombra con la que se roce.

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