Los hombres llevan cientos de años luchando abiertamente contra las entradas en el pelo, hasta tal punto que a menudo creemos que se trata de un problema exclusivamente masculino. Nada más lejos de la realidad. Las entradas son un problema que también afecta a las mujeres, que por lo general no suelen hablar de ello y disponen de mucha menos información y remedios para combatirlo. ¿Cómo tratar un tema tan delicado, que a menudo es una carga emocional para muchas mujeres? Aquí tienes una guía aprobada por expertos sobre las principales debilidades que debemos solventar a la hora de contraatacar.
1. Desconocer las causas de las entradas capilares
Para empezar, hay que tener claro que las entradas no afectan a todas las mujeres. Tenerlas o no depende de la composición genética y del estado inmunitario de cada mujer, de ahí que no todas lo padezcan. Los factores de riesgo son antecedentes familiares o genéticos, trastornos autoinmunitarios previos, estrés extremo y persistente, mala alimentación, obesidad y alteraciones psicológicas o del sueño. A ello se suman las píldoras anticonceptivas, los medicamentos para las enfermedades cardíacas, la hipertensión, la artritis, la depresión y los esteroides, que pueden provocar la caída del cabello y la aparición de entradas en las sienes.
2. Hacer caso omiso de las señales
Los primeros signos son el alejamiento de la cara de la línea de nacimiento del cabello, más piel visible en la parte frontal del cuero cabelludo, cambios en la densidad del pelo de esa zona y una frente creciente por la parte superior. Lo mejor para que vuelva a crecer el pelo es intervenir cuanto antes. También depende de si los folículos pilosos están inactivos o no. Si aún les llega el flujo sanguíneo lo más probable es que el pelo vuelva a crecer, pero si el folículo se está muriendo y ya no prospera, no hay forma de revivirlo.
3. Descuidar tu salud hormonal
Si quieres calibrar el estado de tu pelo, fíjate en tus hormonas. Las entradas se deben a múltiples factores, como la fluctuación de las hormonas, que difiere de una persona a otra. Con la edad y el cambio hormonal de la menopausia, en la que disminuyen la progesterona y los estrógenos y aumentan los andrógenos, pueden aparecer entradas. También pueden afectar al crecimiento del cabello otros desequilibrios hormonales y las alteraciones del ciclo menstrual. El doctor aconseja comprobar si se padece el síndrome de ovarios poliquísticos, con el que el exceso de andrógenos producidos en el organismo hace que sea habitual la caída del cabello y la aparición de entradas.
4. Reticencia a recibir el tratamiento adecuado
Conseguir el tratamiento adecuado puede llevar su tiempo, por lo que debes estar dispuesta a ser constante con él, tratándote con los medicamentos y combinándolos con un estilo de vida saludable. La alopecia por tracción y los daños causados por determinados peinados pueden revertirse en gran medida si rectificas los hábitos que los provocan. Soluciones tópicas como el minoxidil, ciertos medicamentos por vía oral o la terapia con láser de baja intensidad pueden estimular el crecimiento del cabello y frenar su caída. Algunos casos responden bien al PRP (plasma rico en plaquetas) o al GFC (concentrado de factor de crecimiento), que estimulan los folículos pilosos, reducen la caída del cabello y aumentan la densidad capilar a lo largo de la línea de nacimiento del pelo. En otros casos puede ser necesario un trasplante capilar a lo largo de la línea de nacimiento del pelo para dar volumen y definición. Este tratamiento consiste en tomar folículos sanos de la parte posterior del cuero cabelludo e implantarlos en las zonas de pérdida del cabello. Sin embargo, quizá necesites también ayuda de otros expertos.
5. Optar por remedios caseros
Si crees que frotándote el cuero cabelludo con zumo de cebolla o vinagre de sidra el pelo volverá a crecer por arte de magia, desengáñate. No hagas de Google tu doctor, ya que las entradas se deben a múltiples causas distintas y deben tratarse en consecuencia. Recurre siempre a un dermatólogo para diagnosticar el problema.
6. Usar productos y utensilios agresivos
Usar champús fuertes, abusar del acondicionador, no tratar la caspa y demás afecciones del cuero cabelludo o lavarse el pelo frecuentemente el pelo con agua muy caliente puede dañarlo y quebrarlo a lo largo de la línea capilar. Pregunta a tu dermatólogo por los sueros y esprays medicinales ricos en multipéptidos, que fortalecen los folículos pilosos y ralentizan la caída del cabello. En cuanto al cuidado general del cabello, los sueros protectores del calor, los peines de púas anchas y los tintes sin PPD (parafenilendiamina) o de base vegetal contribuyen a protegerlo.
7. Elegir métodos de peinado inadecuados
Lo que daña el cabello no son solo las herramientas que usas, sino cómo las usas. Por ejemplo, cepillarte el pelo agresivamente o recogerlo en peinados tirantes en la raíz del cabello (con coletas, trenzas o moños) puede forzar los folículos pilosos y provocar la aparición de entradas con el tiempo. Cuando hay mucha tracción es posible que no vuelva a salir todo el cabello. Por eso es imprescindible prescindir de los peinados tirantes desde la infancia.
8. No prestar atención a la dieta y el sueño
Una melena sana es indisociable de una dieta sana. Una alimentación pobre, repleta de alimentos procesados con alto índice glucémico, escasez de micronutrientes y de ejercicio y unos patrones de sueño irregulares pueden desencadenar las entradas. Asegúrate de llevar una dieta equilibrada y rica en nutrientes esenciales como el hierro, zinc, vitamina D y biotina, que favorecen el crecimiento del pelo.
9. No tomarte en serio el estrés
Para detener el retroceso capilar es imprescindible tratar el estrés. El estrés crónico puede provocar efluvio telógeno, con el que el pelo entra en una fase de reposo y se cae más rápido de lo que vuelve a crecer, provocando la aparición de entradas. En las fases iniciales de este retroceso, tu dermatólogo puede recomendarte productos disponibles sin receta, ricos en cafeína o melatonina. Pero es vital controlar el estrés mediante técnicas de relajación, ejercicio y buscando ayuda cuando sea necesario.
10. Tener expectativas demasiado altas con el tratamiento
Sufrir las entradas es duro, pero acudir a varios expertos o probar varios tratamientos a la vez puede incluso empeorar la situación. Lo mejor es consultar a un buen dermatólogo o especialista en la caída del cabello para que te indique los tratamientos más adecuados para ti y seguir sus consejos, aunque existen distintos tratamientos, debes entender que los resultados varían de un individuo a otro. Estos pueden mejorar el crecimiento capilar, pero no siempre vuelve a crecer todo el pelo. Es importante tener expectativas realistas y consultar con los profesionales adecuados para que te orienten correctamente sobre los resultados que puedes esperar.