¿Se te quiebran las uñas?

Están blandas, se escaman, se estrían y rompen con cualquier cosa. La cantidad de queratina es determinante en la calidad de la uña, pero, los productos que usas pueden estar afectando también a su aspecto y dureza.

Es más común de lo que parece y no eres la única que está harta de tener unas uñas débiles. Su aspecto no es el que quieres por más que eches endurecedores, bases vitaminadas o las dejes respirar durante el verano.

Muchas veces, al igual que ocurre con la calidad del pelo, su respuesta es genética. Pero en otras ocasiones estamos cometiendo alguno (o varios) de estos errores…

-Las expones mucho y directamente al agua: también a productos químicos o chocan permanentemente con objetos que favorecen su rotura. Esto pasa al fregar sin guantes, limpiar con jabones que irritan o trabajar sin protegerse las manos.
-Las llevas demasiado largas: cuanto mayor sea el largo de la uña, más probabilidades tendrá de engancharse. Y cuidado, puede causar heridas en el dedo bastante dolorosas. Lleva un largo prudente, que sea estético y difícil de romperse.
-No usas endurecedor: no es que sea obligatorio en todos los casos, pero sí si tienes las uñas blandas, mejor que contenga gelatina o tioaminoácidos para estimular la producción de queratina.
-Te faltan algunas vitaminas: como la A,B,C… Y algunos minerales y aminoácidos azufrados. ¿Cómo conseguirlos? Aumentando la cantidad de grasas vegetales sobre todo.
-Abusas de los esmaltes permanentes: si no son de muy buena calidad, se emplea una técnica mala para retirarlos o productos excesivamente baratos, se quitarán capas de uña de más, haciéndolas más débiles.
-Tienes bajas las defensas: el aspecto anormal de tus uñas puede estar indicándote algo, sal de dudas haciéndote una analítica.

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