La respuesta es un sí rotundo. Existe cierta fascinación popular por todos los temas que tienen que ver con el lavado de pelo. Al final y al cabo, es uno de esos gestos beauty que se hace sin excepción y es normal querer saber si se está haciendo correctamente (de eso depende que el cabello dure más tiempo limpio, que tenga más brillo y que esté más bonito). Pero desde hace algún tiempo muchas marcas de belleza han incorporado un nuevo invitado a este ritual: los exfoliantes capilares. Sí, un paso más cuya necesidad es normal cuestionar –¿pero de verdad necesito este producto? Porque antes de entrar en materia, vamos a responder a la pregunta. Sí, es necesario usar un exfoliante para el cuero cabelludo, pero de una determinada manera y en un determinado momento. Y sí, hay unas cuantas razones de peso que lo justifican y que te convencerán.
Puede resultar obvio, pero aquí empieza todo: tu cuero cabelludo es piel. De la misma manera que cuidamos y limpiamos la piel del rostro y del resto del cuerpo, debemos hacer lo mismo con el cuero cabelludo para ayudar a su desintoxicación y su correcta renovación celular. El cuero cabelludo es la piel sobre la que crece el cabello. Para tener un cabello sano es necesario que la base sea sana y limpia.
La exfoliación favorece el crecimiento del pelo y evita su caída. ¿Puede haber dos motivos más rotundos que estos para empezar a incluir la exfoliación en nuestro ritual? Y es que al exfoliar el cuero cabelludo, lo oxigenamos y conseguimos que el cabello crezca más rápido y fuerte. La exfoliación del cuero cabelludo ayuda a oxigenear la piel de la cabeza y a desobstruir los poros. Elimina las células muertas y el exceso de grasa, de sebo y de suciedad, que puede estar dañando seriamente al cabello e incluso favoreciendo su caída excesiva. Un folículo piloso obstruido, asfixiado, impide el correcto crecimiento del pelo. Una adecuada exfoliación, con un buen masaje, activa además la circulación sanguínea, lo que favorece la llegada de nutrientes al cabello y que se traduce también en una melena más sana y bella.
El pelo está más brillante (y dura más tiempo limpio). Al hacer una exfoliación estamos haciendo una limpieza en profundidad que elimina células muertas y restos de producto y todo eso se traduce en una sensación de pelo limpio, natural y más fresco. El mantener el ph de la piel equilibrado hará que nuestro cabello tenga menor tendencia a engrasarse y que tenga un aspecto más limpio y saludable”.
Con la exfoliación se pueden combatir estos problemas. Sí, con una exfoliación capilar pautada por un profesional se puede hacer frente a problemas como descamación, dermatitis, psoriasis y caspa. En el cuero cabelludo pueden existir bacterias y hongos que en el caso de producir desequilbirio, nos pueden provocar caspa. Con los plazos de exfoliación recomendados por un profesional, conseguimos en muchos casos disminuir o hacer que desaparezca.
¿Qué tipo de cabellos deben hacerse una exfoliación? La exfoliación es imprescindible para todo tipo de cueros cabelludos y cabellos. No estamos concienciados de la importancia de cuidar el cuero cabelludo. Este gesto, aunque es especialmente apto para cabellos grasos o con caspa (porque ayuda a combatir ambos problemas) o incluso en cabellos coloreados, es recomendable en todos los casos, incluso cuando hablamos de cabellos sanos que no están sometidos a procesos químicos.
¿Cómo y cuándo debe hacerse en casa? De la misma forma que a la hora de elegir un tratamiento cosmético para el rostro es fundamental la prescripción de un profesional, también lo es en el caso de la exfoliación capilar. Como norma general suele recomendarse una vez a la semana o cada quince días, aunque todo dependerá del tipo de cabello y cuero cabelludo. En ningún caso conviene abusar de la exfoliación porque puede tener un efecto rebote. Limpiar muy a menudo el cuero cabelludo puede estimular la secreción de glándulas sebáceas, haciendo que generen más grasas de las que producían antes. Hay que tener precaución en cueros cabelludos sensibles que pueden irritarse al exfoliarlos. En cuanto al modo de uso, aunque todo dependerá de las indicaciones de cada producto, se recomienda hacerlo con el cabello húmedo para facilitar su aplicación y con movimientos circulares con la yema de los dedos por todo el cuero cabelludo.