El milagro de la mascarilla negra

La cosmética asiática se está adueñando cada vez más del mercado de la belleza ya no solo por su cuidado, sino por sus buenos resultados. Llevamos un tiempo siendo testigos de la fama de una mascarilla de color negro y textura de silicona que promete un rostro radiante.
Los antes y el después son inéditos. Limpia los poros, elimina los puntos negros y hace desaparecer por completo las impurezas del rostro. Así, por arte de magia. Usada como una mascarilla al uso, se aconseja abrir los poros de la piel con vapor de agua o agua caliente, secar y aplicar una capa espesa con los dedos. Después de unos treinta minutos la mascarilla, ya seca, se retira con cuidado. ¿El resultado? Una sensación de limpieza y frescura al instante. Adiós puntos negros.
Además, ayuda a remover la grasa y la suciedad por lo que su uso resulta muy completo. Y, por si fuera poco, favorece a la eliminación del acné.
Así que ya sabes que hacer si quieres lucir una piel ideal de anuncio. Los asiáticos han puesto la solución al alcance de nuestras manos. Su color puede echar un poco para atrás, pero merece la pena. ¿Te atreves? El último grito beauty promete.
¿El secreto? Esta mascarilla es un poco fuerte por lo que te recomendamos que si te animas a probarla, apliques después tu tónico e hidratante diario.

APLICACIÓN DE LA CREMA
1.- Lo primero es abrir los poros de la piel con ayuda del vapor del agua caliente, si queremos podemos utilizar manzanilla en el agua y así obtendremos una limpieza más profunda en el rostro.
2.- Secaremos el rostro con una toalla a toquecitos.
3.- Es el momento de ponernos la mascarilla. Aplicar una capa generosa que se vea uniforme y espesa. Hay que evitar las zonas más sensibles del rostro como cejas, patillas, labios y contorno de ojos. Es mejor aplicarla con ayuda de los dedos, ya que es muy espesa y si utilizamos una brocha nos resultará más difícil realizarlo.
4.- Dejaremos secar la mascarilla, sobre unos veinte minutos o así. Sabremos cuando se ha secado la máscara al notar la piel tirante de la cara.
5.- Una vez que la mascarilla esté seca y nuestra piel se encuentre tersa es hora de ir quitándola poco a poco. Nos podemos ayudar de la otra mano. Con una sujetaremos la piel y con la otra iremos despegando la mascarilla, de esta forma será mucho más fácil y no ocasionaremos daños a nuestro rostro.
6.- Lavaremos la piel con agua fría.
7.- Por último aplicaremos un tónico o agua de rosas para cerrar los poros y proteger la piel del rostro y que se encuentre más fresca y limpia..

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