Desde hace un tiempo, los retinoides se han vuelto esenciales en toda rutina cosmética. Sabemos más que de sobra que la piel se nutre de su efecto antienvejecimiento para preservar su mejor versión. Lo que no sabíamos es que este activo es un potenciador de belleza también para tus manos que, sorprendentemente, tiene consecuencias gloriosas para tus uñas. Gracias al retinol, la uñas crecen más fuertes y tienen un aspecto más sano tal y como aseguran las expertas en belleza.
Si la cara es el espejo del alma y le damos tantos mimos como necesita, las manos son un escaparate de nuestros hábitos de alimentación e higiene así como un reflejo de coquetería. Quien luce una manicura con nail art, además de estar a la última en tendencias, también adora que sus manos sean el centro de atención. Y, por supuesto, desea que esas uñas estén sanas y fuertes. Es menos común aplicar retinoides en las uñas, ese uso todavía es muy desconocido, pero pueden aportar una enorme acción renovadora, mejorando su función autoregenerativa.
Por qué necesitas retinol para tus uñas
Si tu uñas se rompen fácilmente, tienen ondulaciones (no se ven ni se sienten lisas) y, en líneas generales, eres consciente de que están frágiles, es momento de que les prestes atención. Muchas veces cuando te realizas manicuras agresivas o encadenas fórmulas semipermanentes sin descanso, tu manicura clama al cielo un poco de atención. Las uñas nos están mandando mensajes que tenemos que descifrar. Que estén blandas, con un tacto que no es unirme y un color amarillento es señal de que no solo están notando el paso del tiempo y están envejeciendo, sino también está sonando la alarma para avisarnos de que no las estamos cuidando como debemos y necesitan nutrientes y vitaminas.
Las causas pueden ser múltiples: estrés, mala alimentación, abuso de productos dañinos… Está bien que revises el por qué las tienes así de mal para poner, en la medida de lo posible, solución a tus problemas. Si bien lo más seguro es acudir a la evidencia científica. La vitamina A es un activo que ayuda a la formación y mantenimiento de diversos tejidos: dientes, piel, mucosas… Aunque de lo que habla todo el mundo sea de retinol, a lo que se refieren, en realidad, es a la vitamina A. Los retinoides derivan de ella y los podemos encontrar en diferentes formas como el retinol, el retinal y en versiones más revolucionarias, como el retinyl retinoato. Los derivados de la vitamina A trabajan a nivel celular para regenerar desde las capas inferiores y consiguen que la piel se vuelva más gruesa, protegida de agentes externos, con mayor uniformidad en el tono, con una textura más jugosa y rica en colágeno, más elástica y con una textura más lisa.