La base de maquillaje se ha convertido en nuestra gran aliada para lograr un efecto buena cara de manera inmediata y presumir de un rostro luminoso y radiante. No obstante, resulta fundamental aplicarla bien, puesto que, en caso contrario, podremos lucir poco naturales o acentuar las imperfecciones. Por otro lado, también es importante elegir una que se adecúe a nuestro tipo de piel y que sea de calidad.
Una de las cosas más importantes que debemos tener en cuenta al elegir una base de maquillaje es que deje respirar la piel. El principio de una buena base de maquillaje es que deje respirar la piel y que, al aplicarla, la sientas como una segunda piel. Por eso ha de ser ligera para que nos sintamos cómodas con ella. Al mismo tiempo, también tiene que proteger el tejido cutáneo de las agresiones externas y mantener un cutis uniforme durante todo el día.
A la hora de elegir correctamente la base de maquillaje hay que tener en cuenta factores como el tipo y el tono de piel. En este sentido, a las pieles secas les convienen las bases de maquillaje con un gran poder hidratante que iguale el tono y mantenga su confort durante horas. Elige una base líquida con una textura más humectante que se adapte bien al rostro y no se acumule en las zonas secas», aconsejan los expertos. Para las pieles grasas o mixtas resultan más adecuadas las bases de maquillaje con una textura ligera.
En cuanto al tono de piel, es recomendable que:
- Si tienes la piel cálida, utiliza bases con subtonos amarillos y dorados.
- Si tu piel es fría, elige bases con subtonos más rosados.
- Si tu piel es neutra, opta por tonos beis o dorados para darle color a tu rostro.
Además de elegir la base de maquillaje que más conviene a nuestra piel, es importante aplicarla bien. Resulta fundamental que no se note.
- Utiliza un tono en la cara que sea prácticamente el mismo que el del cuello: no te preocupes por si tu rostro queda demasiado pálido, ya que después puedes utilizar unos polvos bronceadores.
- No empieces a aplicar la base de maquillaje por todo el rostro: hay que seguir un orden, comenzando en el centro de la cara y difuminando hacia los lados. Así no se verá ningún corte.
- No uses bases con subtonos rosas: Utiliza una base de maquillaje lo más neutra posible, garantizarás que te va a quedar bien en la piel.
Además, como bien sabes, para cuidar la piel y retrasar los signos del envejecimiento hay usar cada día el protector solar. Cuando lo combinamos con la base de maquillaje, el orden resulta fundamental. Este último producto va inmediatamente después. El orden correcto para la rutina facial es el contorno de ojos, el sérum, la crema hidratante, la crema solar y terminar con el maquillaje.
Si quieres que tu piel luzca un aspecto natural y envidiable, sin rastro de imperfecciones, no cometas estos errores comunes a la hora de aplicarte la base de maquillaje:
- Utilizar un tono inadecuado: debes usar uno que se adapte a tu piel para que tu rostro quede impecable y natural. Lo ideal es probar antes en la línea de la mandíbula. «Si cuando difuminamos, desaparece, ese es tu tono«, cuentan desde la escuela de maquillaje Sonia Pla.
- Aplicar demasiada cantidad: incluso aunque tu piel tenga muchas imperfecciones, pon solo una capa ligera. Ten en cuenta que puedes elegir una base de maquillaje con mayor o menor cobertura, según tus necesidades.
- No preparar la piel: es importante que esté perfectamente hidratada antes de poner la base de maquillaje. Preparar la piel antes de aplicarle cualquier otro producto es esencial para evitar que durante el día la base se cuartee, aparezcan pellejitos o se marquen arrugas donde no las queremos.
- Utilizar herramientas equivocadas: podemos aplicar la base con una brocha de maquillaje, con los dedos o con una esponja.
- No difuminar la base por el cuello y el escote: es fundamental hacerlo para que no se vean cortes en la piel y así obtener un resultado más natural.