Tienes claro que la cosmética que contiene parabenos, colorantes o aceites minerales no es buena y por eso has decidido incluir en tu neceser productos de belleza más naturales. Sin embargo, casi hay que hacerse un máster para elegir entre bio, orgánico, ecológico… ¡Y no nos extraña que estés hecha un lío porque ni siquiera el sector cosmético lo tiene tan claro! En cosmética, los términos biolgico, ecológico u orgánico están relacionados con la calidad y el proceso de obtención de las materias primas. Los ingredientes de este tipo de firmas deben proceder de agricultura o ganadería ecológica; lo que asegura que sus ingredientes son naturales y que han sido obtenidos utilizando los recursos de manera óptima, sostenible y equilibrada.
- Cosmética bio u orgánica. Se inspira en el sello de la agricultura Biológica y puede identificarse visualmente con el sello Cosmebio. Ésta al final es un sinónimo de cosmética ecológica, como ocurre en el sector agrícola. También se le llama cosmética orgánica, ya que lo que se conoce fuera de la Unión Europea como ‘organic’, aquí es sinónimo de biológico; lo vivo, obtenido a través de la agricultura biológica, regida por las normas europeas y locales de cada país.
- Cosmética natural. La base de la fórmula es natural, es decir, que procede de la naturaleza (agua, alcohol o parafina), pero los ingredientes no tienen que proceder de la agricultura ecológica necesariamente.
- Cosmética ecológica (‘green’, en inglés). Los principios activos que se añaden a la fórmula natural proceden de la agricultura ecológica. Eso sí, el porcentaje de estos ingredientes activos en la fórmula varía según los sellos y los países, por lo que en ocasiones son unos mínimos muy bajos. Además, los sellos de la cosmética ecológica también incluyen preocupaciones sociales, exigencias sobre la sostenibilidad y prohíben el uso de productos sospechosos de toxicidad.
- Cosmética supraorgánica. Es la última en llegar. Es la que va más allá del debate entre los sellos y se basa en la filosofía ‘libre de…’, pero con una concentración máxima de extractos vegetales ecológicos –todos los ingredientes son activos, incluso la base de la fórmula–, a la vez que proporciona una tolerancia máxima, incluso para las pieles sensibles. ¿Sus ventajas? No necesitan conservantes porque contiene aceites esenciales que actúan como tales, son más económicos y penetran mejor en la piel y en la fibra capilar, debido a que el agua se sustituye por aceites esenciales.
- Cosmética vegana. No significa que sea ecológica, sino que no utiliza ingredientes procedentes del trabajo de animales, como miel o leche de burra, por ejemplo.
Fuentes informativas: revista ‘Cosmpolitan’