Con la llegada del verano, la hidratación es un factor importante para asegurar un correcto funcionamiento del organismo, prevenir problemas de salud y mantener la piel hidratada para que la barrera protectora se vea más fortalecida.
El cuerpo precisa una cantidad constante de agua para poder llevar a cabo sus funciones como la regulación de la temperatura corporal, la eliminación de desechos y el transporte de nutrientes. Durante el verano, la necesidad de hidratarse se intensifica debido a la pérdida de líquidos a través del sudor. Por ello, es fundamental beber agua regularmente y no esperar a sentir sed para hidratarse o tener la boca seca.
En este sentido, en el último Plan Nacional de Actuaciones preventivas de los efectos del exceso de temperaturas sobre la salud, publicado por el Ministerio de Sanidad, se recogen una serie de recomendaciones relacionadas con la alimentación. Entre ellas se encuentran la hidratación constante, evitar comidas calientes y pesadas, hacer comidas más frecuentes y en menores cantidades para facilitar la digestión y evitar la sobrecarga digestiva, e ingerir alimentos frescos.
En concreto, para garantizar una correcta hidratación, los expertos nutricionistas de Blua de Sanitas recomiendan incluir en la dieta diaria alimentos ricos en agua como:
Pepinos: contienen un 95% de agua y son perfectos para consumir en ensaladas o como snack refrescante. Además, son una excelente fuente de fibra y vitamina K, que ayuda en la coagulación sanguínea. También tienen antioxidantes que protegen contra enfermedades crónicas.
Sandía: con un 92% de agua, es una excelente opción para hidratarse. Se trata de una fruta rica en vitaminas A, B6 y C, y contiene licopeno, un antioxidante que protege las células. Por otro lado, aporta citrulina, un aminoácido que potencia la circulación sanguínea.
Naranjas: aportan un 86% de agua y vitamina C, ayudando a mantener el sistema inmunológico fuerte. Asimismo, son ricas en fibra, lo cual facilita el tránsito intestinal.
Tomates: están compuestos por un 94% de agua y son ideales para ensaladas, salsas y guarniciones. Son una buena fuente de vitamina C, potasio, ácido fólico y vitamina K. Además, es rico en licopeno, un antioxidante que ayuda a mejorar la salud cardiovascular y ofrece protección antioxidante.
Lechuga: posee un 96% de agua, siendo uno de los alimentos más hidratantes. Es baja en calorías, rica en fibra, y estimula el buen funcionamiento renal.