¿Por qué el jengibre es un poderoso aliado para la piel?

No es de extrañar que el jengibre se haya transformado en un ingrediente habitual de muchos cosméticos. Su principal componente químico es el gengirol, con efectos antiinflamatorios y antioxidantes.

Conforme pasan los años, la piel sufre la pérdida de colágeno y elastina, lo que se traduce sobre todo en flacidez y en un cutis más deshidratado y menos uniforme. Por tanto, necesita un extra que mitigue la aparición de las líneas de expresión y que dé mayor elasticidad y firmeza. En otras palabras, que se mantenga tersa y en su sitio.

Pero no son estas sus únicas bondades para la salud. También se le atribuyen propiedades anticoagulantes, vasodilatadoras, expectorantes, analgésicas, digestivas, antieméticas, antitusivas, astringentes, carminativas, antipiréticas y antiespasmódicas.

El jengibre funciona además en diversos medicamentos como, por ejemplo, reductor del dolor muscular o las temidas agujetas que se notan después de hacer ejercicio físico.

Su poder antiinflamatorio viene de la capacidad del gengirol para inhibir la formación de las citocinas inflamatorias.

Un apartado importante también son sus propiedades para tratar determinados problemas digestivos, pues mitiga las náuseas y los vómitos, y acelera el vaciado del estómago en caso de digestiones pesadas.

Por último, el jengibre es beneficioso para el sistema cardiovascular, dado que consigue reducir los niveles altos de lipoproteínas LDL, que incrementan el riesgo de padecer cardiopatías.

El jengibre, por tanto, se ha convertido en un ingrediente indispensable para la salud y el bienestar por lo que ya son numerosos los cosméticos y productos que lo incorporan en su formulación.

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