Las sillas silenciosas, la última moda que arrasa en peluquerías

Tradicionalmente se ha identificado el hecho de ir a la peluquería con la de ponerse al día de todo lo que pasa en el barrio, en la ciudad o a los famosos con nuestra estilista de confianza. Sin embargo, puede que esa histórica relación peluquero-cliente esté llegando a su fin: la entrada en escena del sillón del silencio puede acabar con décadas de comentarios y chismes.

El primero en instaurarla fue el salón Bauhaus de Cardiff, en Gales. Su dueño, Scott Miller, reconocía que “nuestro equipo de estilistas son estupendos conversadores, algo muy importante en esta profesión, y a la mayoría de las personas que vienen al salón les gusta charlar. Sin embargo, entendemos que hay personas con vidas ajetreadas que llevan todo el día hablando con gente y ahora necesitan descansar”. En el fondo, se trata de que ir a la peluquería sea una experiencia relajante y no tener que hablar por hablar con la persona que tiene que dejarte estilísticamente perfecto.

La silla del silencio llega a España

José Miguel Gallardo es el fundador de Tea Cut, un establecimiento de Sevilla que se ha inspirado en la ceremonia del té para dotar a su negocio de un aire pausado. No es de extrañar que entre sus ofertas se encuentre también la silla del silencio, para que sus clientes disfruten de un tratamiento relajante después de explicar a su estilista cuál es el corte o el peinado que desean. Gallardo reconoce que “cada vez quedan más lejos aquellos tiempos en los que los clientes veían a sus peluqueros como psicólogos aficionados con los que mantenían conversaciones profundas y trascendentales”. Puede que sea el camino para que cada vez las peluquerías se parezcan más a los balnearios.

Además, hay personas que buscan el silencio porque están cansadas de hablar durante todo el día o del estrés acumulado, pero hay otras que lo hacen por necesidad. Es el caso de aquellos que sufren ansiedad o algún problema mental que les limita a la hora de acudir a un establecimiento de estilismo. Así, una peluquería de Edimburgo, en Escocia, ha decidido dedicar una ‘zona tranquila’ para dar una respuesta a esas personas. El propietario, Vincent Bell,  lo explica así: “Todo el mundo tiene el derecho de sentirse bien consigo mismo y, a menudo, esto tiene que ver con tener el pelo arreglado. Si la salud mental de alguien evita que puedan acudir a un salón de belleza, entonces tenemos que hacer algo y crear seguridad, colocando espacios que todo el mundo pueda visitar”.

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