¿Labios agrietados por el frío? Cómo cuidarlos y repararlos cuando las temperaturas bajan

Notar los labios secos y agrietados es una molestia estética a la que nos enfrentamos con demasiada frecuencia, sobre todo en los meses más fríos. Si eres de esas que siempre llevas una barra (o dos) de cacao en el bolso, te echas capas y capas de bálsamo antes de ir a dormir y, pese a todo, sigues teniendo los labios cortados, tranquila, no estás sola ni eres un caso perdido.

El problema de los labios agrietados y secos es una de las consultas más populares en las farmacias, sobre todo durante los meses de invierno. El frío, el viento, la sequedad de los espacios con calefacción y la deshidratación cutánea propia de esta época se traducen en la aparición de grietas e, incluso, heriditas que no es fácil curar.

Al problema estético de unos labios secos, cuando pintárselos es misión casi imposible (los surcos son incompatibles con cualquier color) y disimularlos, otro reto, hay que sumar la incomodidad, por la sensación de tirantez. Y, por si fuera poco, una piel tan reseca es el perfecto caldo de cultivo para la aparición de herpes labiales, boceras y otras infecciones similares.

¿Por qué es tan frecuente que los labios se agrieten en invierno?

Los labios resecos y agrietados indican que están deshidratados. Para sortear el problema hay que consumir una cantidad suficiente de agua al día, no fumar, evitar consumir alimentos con mucha sal o pasársela lengua constantemente por los labios.

Los labios son uno de los tejidos más sensibles del cuerpo humano porque carecen de glándulas sebáceas y sudoríparas, capa córnea y manto hidrolipídico. Es decir, son muy vulnerables, sin apenas escudo protector, siempre expuestos a las agresiones externas y en constante movimiento. Por eso, tienden a resecarse y deshidratase con facilidad, pierden elasticidad y se agrietan. Y esto es así en cualquier época del año, pero en invierno la cosa es todavía peor. Porque somos nosotros mismos los que empeoramos el proceso.

Y es que, en cuanto salimos a la calle y notamos cómo el frío y el viento nos secan los labios, lo que solemos hacer es humedecerlos con saliva, grave error. Porque, aunque este gesto casi instintivo nos aporta un alivio inmediato, lo único que conseguimos es deshidratarlos todavía más.

Errores que cometes y agrietan tus labios

Detrás de unos labios agrietados, además del clima y de humedecerlos con saliva, es habitual que se escondan varios errores tanto en la forma de cuidarlos como en el tipo de producto que se usa.

Algunos dermatólogos afirman que ciertos componentes como los sulfatos de sodio y el mentol, presentes tanto en labiales como en dentífricos, pueden irritar la piel de esta zona, muy fina y sin melanina ni glándulas sebáceas que la protejan de agresiones externas.

Lo mismo ocurre con algunas limpiadoras, por lo que no está de más aplicarse un bálsamo labial que proteja antes de aplicarlas.

Respecto a pintarse o no los labios cuando están cortados, no existe una regla general. Lo que sí es cierto es que las barras permanentes, tanto las mate como las de acabado vinilo, tienden -por hidratante que se la fórmula- a resecar la piel de esta zona. Si, de todos modos, no se quiere renunciar a un buen rojo, lo mejor es aplicarse antes un primer o preparador que proteja la piel y la unifique. Si no se tiene algo tan específico, se puede recurrir a una capa de vaselina que, eso sí, habrá que secar bien antes de usar el color. Otro punto a tener en cuenta: cuanto más oscura sea la barra, más se verán las imperfecciones.

Cómo cuidar y proteger los labios para que no se agrieten ni se sequen

La única forma de acabar con los labios agrietados es mantener una rutina de cuidados completa y ser constante con ella. Estos serían sus pasos:

  • Exfoliar. Es el mejor modo de potenciar el tratamiento posterior. Por tanto, lo mismo que en la cara, antes de aplicar cualquier bálsamo, toca acabar con las células y pieles muertas. Existen fórmulas tipo scrub en el mercado que se pueden usar un par de veces a la semana (siempre con cuidado: sobre los labios húmedos, frotando suavemente…).
  • Hidratar. Un bálsamo ya no es suficiente. Por la noche, y al abrigo del viento y el frío, los labios necesitan una cura intensiva a base de productos ricos en aceites y ácido hialurónico capaces de reparar y aportar una nutrición adicional.
  • Reparar. Existen mascarillas y cremas específicas para los labios que rellenan las arruguitas de los contornos, aportan un chute de nutrición y devuelven la suavidad.
  • Proteger. Al no tener melanina, la piel de los labios está mucho más expuesta a la radiación solar que otras partes y la sufre de forma especial. Por ese motivo, antes de salir a la calle -y sobre todo si se va a ir a la montaña o a esquiar-, hay que aplicarse un bálsamo con SPF. ¿Lo bueno? Los hay con color y que al mismo tiempo hidratan.

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