¿Por qué deberías evitar los champús que contengan sulfatos y siliconas?

Seguro que has vivido una bella historia de amor con un champú pero que no tuvo un final feliz. Al principio todo iba bien, te dejaba el pelo sedoso y brillante, pero de repente, algo dejo de funcionar, desapareciendo el aspecto reluciente y la sensación de ‘pelazo’. Y es que tu champú te ha engañado con sulfatos y siliconas.

Cuando mires la etiqueta de tu champú, te vamos a dar un truco: cuantos menos ingredientes tenga mejor. Eso significa mayor concentración de cada uno de estos componentes. Si, por ejemplo, utilizamos uno cuyo principal aliciente es el aloe vera, querremos que contenga la mayor cantidad posible y que, de paso, proceda de un cultivo de alta calidad. Si un producto cuenta con una lista de ingredientes interminable, ¿cómo es posible que su precio sea asequible? Muy fácil, la concentración de cada uno de ellos será baja y su procedencia bastante cuestionable. Esto no significa que sólo puedas comprar artículos de lujo, ni mucho menos. Sólo necesitas hallar el equilibrio entre coste y contenido.

Ingredientes a evitar:

Sulfatos: se incluyen en las fórmulas de este tipo de productos porque, además de resultar baratos, tienen una elevada capacidad de limpieza y consiguen que el champú en cuestión haga mucha espuma. Sin embargo, son muy agresivos e irritantes para el cuero cabelludo, pudiendo incluso acabar con su hidratación natural.

Siliconas: si hay un ingrediente traicionero, sin duda es este. En un primer momento creerás que tu melena luce renovada, la verás resplandeciente y sin encrespamiento, pero no te fíes. Las siliconas dificultan la oxigenación del cabello porque van acumulándose en su fibra. A largo plazo, pueden dañar la cutícula y resecarla, ya que la humedad, el sol o el oxígeno no pueden entrar en ella de manera normal, provocando una pérdida de brillo y de hidratación que te costará mucho reparar. Recuerda, se ocultan en la etiqueta bajo nombres como dimethicone, polymethylsiloxane, dimethyl silicone o polysiloxane.

Fuentes: revista cosmopolitan

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